Día Internacional de la Madre Tierra
Involucráte y participá

El domingo 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, instituido por una Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, aunque su celebración se remonta a 1970 en EE.UU., cuando se promovieron multitudinarias manifestaciones para que los representantes políticos tomaran la defensa y protección del ambiente en sus agendas. Estas acciones tuvieron su continuidad en 1972 en la primera Conferencia Internacional sobre el medio ambiente, la Cumbre de la Tierra en Estocolmo, que tuvo por objeto sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales.
Esta celebración fue extendiéndose por numerosos países en el mundo hasta su reconocimiento formal por las Naciones Unidas, que toma como antecedentes al Programa 21 surgido de la Cumbre de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y el Informe Mundial sobre Desarrollo Sostenible, realizado en Sud África en 2002.
El Día de la Madre Tierra nos invita a ser conscientes de que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento. Con este día, asumimos, además, la responsabilidad colectiva, como nos recordaba la Declaración de Río de 1992, de fomentar esta armonía con la naturaleza y la Madre Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
La Resolución de la ONU nos recuerda que “Madre Tierra" es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. La Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar. Este día nos brinda también la oportunidad de concienciar a todos los habitantes del planeta acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las diferentes formas de vida que en él se desarrollan”.
Algunos de los temas centrales que se proponen para debatir, educar y concientizar en este día son la producción sostenible y los patrones de consumo en armonía con la naturaleza; el fomento del diálogo para que los ciudadanos y las sociedades se conciencien sobre cómo se relacionan y cómo pueden relacionarse con el mundo natural y, al mismo tiempo, cómo podemos mejorar los cimientos éticos de la relación entre la humanidad y la Tierra, en términos de desarrollo sostenible. El lema de este año es: “Terminar con la contaminación por plásticos”.

Más allá de que los temas ambientales hoy son parte ineludible de las agendas globales y locales y del crecimiento de la conciencia de que la vida en la Tierra es una red de la cual los seres humanos formamos parte, es claro que el modelo de desarrollo imperante no tuvo en cuenta las consecuencias a futuro. La agricultura y la ganadería intensiva, la deforestación y la tala de las selvas tropicales, la gran producción que genera millones de toneladas de residuos, la utilización de clorofluorocarbonos, el uso de pesticidas y fertilizantes químicos en la agricultura o la quema de combustibles de fósiles, entre otros, han aumentado la temperatura del planeta, y por ende, el aumento de la temperatura del mar; lo que ha supuesto el deshielo de los glaciares y de los polos, elevando el nivel del mar o el incremento de los huracanes, entre otras causas.
Todo ello ha ido incrementando la acidificación de los océanos y la inundación de las zonas costeras, así como una pérdida de las reservas de agua dulce; y finalmente, un deterioro de la biodiversidad, un aumento de la climatología extrema, el avance inexorable de la erosión y la desertificación, el agotamiento de los recursos naturales, y, por supuesto, más sufrimiento humano con la llegada de migraciones climáticas.
¿Qué hacemos en casa?
Los impactos globales también generan cambios graduales o drásticos que afectan nuestra cotidianeidad, aunque dichos impactos sociales y ecológicos afectan de forma desigual y heterogénea a escala local, con diferentes consecuencias en los distintos territorios según el contexto social, político, económico y cultural del lugar.
Esta diferenciación nos lleva a reflexionar sobre los problemas ambientales en su dimensión social, en tanto que son generados por acciones humanas que impactan en la sociedad y, sobre todo, en las poblaciones más vulnerables.
Si pensamos en nuestro territorio, en principio la ciudad en que vivimos y la ecoregión a la cual pertenecemos, vemos como fundamental el avance logrado en la protección legal de los humedales urbanos de Río Gallegos a través de la creación del Sistema de Reservas Naturales Urbanas (SRNU). Estos humedales son proveedores de agua dulce, amortiguadores de las inundaciones y protectores de la biodiversidad de nuestra fauna y flora originarias, entre los muchos beneficios ambientales que nos brindan.

La Asociación Ambiente Sur junto a la Agencia Ambiental Municipal, Autoridad de Aplicación del SRNU, ha enfocado en las reservas locales sus múltiples propuestas de educación ambiental, conservación a través de acciones concretas en el Sistema y participación ciudadana, a fin de lograr un involucramiento efectivo de la comunidad con el ambiente en que vive y se desarrolla.
El estímulo para esa participación se ha dado fundamentalmente mediante la promoción y apoyo para la formación de Grupos de Amigos de las diferentes reservas y la conformación de un Ente de Manejo Participativo, creado por ordenanza y un decreto municipal, que deja instituida formalmente la participación de los ciudadanos en el manejo de las reservas.
Por esto, “Involucrate y participá” es el slogan que Ambiente Sur ha promovido como forma activa para que todos nos responsabilicemos por el cuidado y preservación de nuestro ambiente, ya que es preciso reconocernos como parte indisoluble de una misma trama donde se entretejen lo natural y lo social.